Es curioso como todo aquello que se nos prohibió es lo que más nos morimos por hacer,
ya sean unas palabras, o algún hecho, el caso es que, como un fantasma nos ronda la mente.
Intentas parar,pero a menudo te sorprendes a ti mismo dándole vueltas al mismo tema una y otra vez, y te reprendes, pero cuando ya crees que lo has conseguido, vas y sueñas con ellos.
Supongo que son deseos de esos, de los que se deberían dejar dormidos en un baúl, pero, son tan sumamente fuertes que llegas a plantearte si realmente fueron hechos para ser encarcelados.
Deja que me escape por entre tus dedos,
y deja que acalle el corazón,
deja que se pierda entre tus recuerdos,
sonríe solo porque paso.
Pero esta trampa que se esconde entre los días,
con una sonrisa, un abrazo, una razón,
te atrapa y te fustiga, como si no tuvieses elección.
Ya no importa, te repites,
arderás a fuego lento victima de tu propia sinrazón,
importa, lo percibes,
y luchas más allá del corazón,
más allá de una simple decisión.
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