jueves, 8 de noviembre de 2012

A la oscuridad de un beso


A la oscuridad de un besó reté,
Y entre caricias, suspiros y jadeos
Mudé de piel.

¿Qué se puede esperar del placer prohibido?
¿Qué se puede perder entre los pliegues de su piel?
Poco a poco en el cielo las luces se encendían
Pero  no importaba, su fuego, su hielo al fin me destruirían

Llegamos al mundo entre estallidos de placer,
Y yo en ese instante llegué a comprender
Que entre lenguas, manos, gemidos y orgasmos
Moriría y volvería  a renacer.

El tiempo se paró bajo las sábanas,
Ellos sabían lo que tenían que hacer
combinación perfecta,
De ser con ser,
Con esa muerte maldita,
Mi piel se mudó a placer,
Mis manos arañaron,
Mis dientes quisieron morder,
y con temblores en el alma
me deshice, y ya no soy lo que quise ser.

Llegó el alba,
las luces me llamaron y yo al fin desperté,
como rocío, como un nuevo suspiro de la nada,
como esas palabras que no se dijeron
y se comprendieron de madrugada.